Al igual que en las bodas, ponemos las mismas ganas, el mismo estilo y el mismo entusiasmo en la fotografía de comuniones.
Para los niños no es fácil colocarse en un estudio con un traje con el que no están acostumbrados a verse, en un entorno extraño, sintiéndose el centro de todas las miradas, y teniendo que mostrar su mejor sonrisa.
Es un recuerdo para ellos, por lo cual de momento puede que no lo aprecien, por eso mismo lo que nosotros queremos conseguir es que el día que crezcan y sean mayores se vean bien, que sea una cosa atemporal y duradera en el tiempo.
